jueves, 30 de junio de 2011

Oscar Wilde: EL CRIMEN DE LORD ARTURO SAVILE




Oscar Wilde: EL CRIMEN DE LORD ARTURO SAVILE

Era la última recepción que daba lady Windermere antes de comenzar la temporada de primavera. Los salones de Bentinck-House se hallaban más llenos de invitados que nunca. Acudieron seis ministros una vez terminada la interpelación del speaker, ostentando sus cruces y son bandas y todas las mujeres bonitas de Londres lucían sus toilettes más elegantes.
Bentinck Street
Al final de la galería de retratos estaba la princesa Sofía de Carlsruhe, una dama gruesa de tipo tártaro, con ojillos negros y unas esmeraldas maravillosas, chapurreando un francés con voz muy aguda y riéndose sin mesura de todo cuanto decían. Realmente veíase allí una singular mezcolanza de personas. Arrogantes esposas de pares del reino charlaban cortésmente con virulentos radicales; predicadores populares se codeaban con inveterados escépticos y una banda de obispos seguía la pista, de salón en salón, a una corpulenta Prima Donna;  en la escalera se agrupaban entonces varios miembros de de la Real Academia, disfrazados de artistas, y decíase que el comedor se vio por un momento abarrotado de genios. Era una de las más deslumbrante reuniones de lady Windermere, y la princesa se quedó hasta cerca de las once y media.

Miosotis con visitante

Inmediatamente después de su marcha lady Windermere volvió a la galería de retratos en la que un famoso economista explicaba con aire solemne la teoría científica de la música a un virtuoso húngaro espumeante de indignación, y se puso a hablar con la duquesa de Paisley. Lady Windermere estaba maravillosamente bella con su esbelto cuello marfileño, sus grandes ojos azules con miosotis y sus espesos bucles dorados. Cabellos de oro puro, no como esos de  tono pajizo que usurpan hoy día la bella denominación de oro, sino cabellos de oro como tejido con rayos de sol o bañados en un ámbar extraño; cabellos que encuadraba su rostro con su nimbo de santa, y al mismo tiempo, la fascinación de una pecadora. Lay Windermere  constituía realmente un curioso estudió psicología. Desde muy joven descubrió en la vida importante la verdad de que nadie se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento; y por medio de una serie de aventuras despreocupadas, inocentes por completo en su mayoría, logró todos los privilegios de una personalidad. Había cambiado varias veces de marido. En la Guía Nobiliaria aparecía con tres matrimonios en su haber; pero nunca cambio de amante, y el mundo había dejado de chismorrear sobre ella desde hacía tiempo. En la actualidad contaba cuarenta años, no tenía hijos y poseía esa pasión desordenada por el placer que constituye el secreto de la eterna juventud.





    




























































miércoles, 29 de junio de 2011

Struve : HISTORIA DE LA ANTIGUA GRECIA

Lema: No a la esclavitud
STRUVE: HISTORIA DE LA ANTIGUA GRECIA.
Situación de los esclavos en Grecia.
     Desde el punto de vista jurídico, el esclavo no era considerado un ser humano. No tenía familia; las relaciones familiares entre esclavos y esclavas no eran consideradas como matrimonio; el hijo de una esclava era una cría perteneciente al amo de la madre. Los esclavos estaban completamente en poder de sus amos; el propietario podía obligar al esclavo a ocuparse de este o aquel oficio, podía venderlo o matarlo.
La Ergástula de Astorga (1)
Pero posteriormente el derecho del esclavista a matar a un esclavo quedó limitado por la ley. En el Ática, por ejemplo, estaba prohibido matar a un esclavo. Pero el areópago, que, por lo general, juzgaba los delitos de índole criminal, no entendía de las causas de muerte violenta de los esclavos. El que la cometía era tan sólo condenado a una expulsión temporal de la comunidad. Podía regresar, haciendo el holocausto expiador o pagando al propietario del esclavo   muerto el “precio de la sangre”.
Dalí: Mercado de esclavos y busto de Voltaire desaparecido


    Cuando la arbitrariedad del amo se tornaba inaguantable, el esclavo podía recurrir al “derecho de asilo”. Para su ejercicio eran considerados, por ejemplo, en Atenas, el Teséin (el templo de Efaistos) y el santuario de las Euménides. Este asilo era considerado inviolable y, según la ley ática, el esclavo que recurría a la protección de una deidad, ya no regresaba al amo anterior, sino que era vendido a otras manos.
Grilletes

    El esclavo no puede ocuparse de ningún negocio propio ni atender independientemente causa alguna; en los casos en los que un juzgado necesitaba su testimonio, éste era dado bajo tortura, puesto que el esclavo, en opinión de los griegos, no podía prestar juramente a la par que un hombre libre; y prestar fe a los testimonios de un esclavo se consideraba imposible. La multa a la que se condenaba a un esclavo era reemplazada por la flagelación y cada golpe equivalía a un dracma. Si el esclavo actuaba con conocimiento de su amo recibía cincuenta azotes y si obraba sin conocimiento de aquél, recibía cien azotes. Un esclavo complicado en un homicidio sufría la pena de muerte.

El Templo de Efaistos en Atenas

(1) Sobre la Ergástula de Astorga la Wikipedia nos dice:

La Ergástula Romana es una antigua construcción de la que fue antigua ciudad Asturica Augusta, fundada hacia el 14 a. C., actual Astorga.

Se trata de una construcción abovedada, construida con mortero de opus caementicium. Su función no está clara, pudiendo tratarse de un pasadizo o una cárcel de esclavos. Su cronología se encuadraría entre los reinados de Tiberio y Claudio.

A principios del siglo XX pasó a manos privadas y fue dividida en cuatro compartimentos que servían de almacén para sus dueños. En 1986 el Ayuntamiento de Astorga adquirió paulatinamente esos cuatro tramos hasta conseguir la recuperación integral de la construcción romana. Se procedió a su rehabilitación, construyendo dos plantas más para su transformación en la sede del Museo Romano de Astorga, en donde se exponen objetos y utensilios de la vida cotidiana en Astúrica Augusta hallados en las continuas excavaciones arqueológicas que se realizan en la ciudad, destacándose las denominadas «Pinturas Pompeyanas», pertenecientes a una vivienda romana hallada en el lugar que hoy ocupa la plaza de Santocildes de Astorga.

martes, 28 de junio de 2011

Heine: MEMORIAS DEL SEÑOR SCHNABELEWOPSKI.

El libro del que he copiado estas líneas

Heine: MEMORIAS DEL SEÑOR SCHNABELEWOPSKI.
Una edición holandesa con la efigie de Heine

Capitulo 1
     Mi padre se llamaba Schnabelewopski, mi madre se llamaba Schnabelewopska. Como hijo legítimo de ambos nací el 1ª de abril de 1797 en Schnabelewopsk. Mi tía, vieja dueña de Pipitzka, cuidó mi niñez y me narró muchos cuentos bellos; a menudo me dormía cantando una canción cuyas palabras y melodía ha olvidado mi memoria. Lo que nunca olvidaré, sin embargo, es la manera misteriosa con que movía la temblorosa cabeza al cantarla y cuan melancólico entonces parecía su único diente, el ermitaño de su boca. También me acuerdo algunas veces del papagayo, cuya muerte lloraba a menudo con amargura. Asimismo, mi vieja tía está ahora muerta y yo soy el único ser del mundo que aún piensa en su querido papagayo. Nuestra gata se llamaba Mimí y nuestro perro se llamaba Joli. Tenía un gran conocimiento de los hombres y siempre evitaba mi encuentro cuando yo cogía el látigo. Una mañana dijo nuestro sirviente que el perro estaba con el rabo entre las piernas y que dejaba que la lengua colgase más que de costumbre; el pobre Jolí fue lanzado al agua con algunas piedras que le sujetaron al cuello. En esta ocasión se ahogó.

Paisaje estival de Polonia

Nuestro criado se llamaba Prrshtzztwitsch. Hay que estornudar si se quiere pronunciar bien ese nombre. Nuestra doncella se llamaba Swurtszska, que en alemán suena algo áspero, pero en polaco extraordinariamente melodioso. Era una mujer gorda y rechoncha de cabellos blancos y dientes rubios. Correteaban, además, por la casa, dos hermosos ojos negros, a los que se daba el nombre de Serafina. Era mi linda y adorada primita. Juntos jugábamos en el jardín y observábamos el trajín de las hormigas y atrapábamos mariposas y plantábamos flores. Un día se rió como loca cuando planté mis calcetinitos con la idea de que habían  de crecer un par de bueno pantalones para mi padre.   
Un palacio en la campiña polaca
     Mi padre era el más bueno del mundo y fue durante mucho tiempo un hombre hermoso; la cabeza empolvada; detrás, una coletilla cuidadosamente trenzada, que en lugar de colgar estaba sujeta a la coronilla con un peinecito de concha. Sus manos eran de una blancura deslumbrante y yo las besaba a menudo. Me parece como si todavía aspirase su dulce aroma y él me mirase de un modo penetrante en los ojos. He querido mucho a mi padre y nunca pensé que pudiera morir.
Un noble polaco

lunes, 27 de junio de 2011

Ferlosio.- ALFANHUÍ



Sánchez Ferlosio: INDUSTRIAS Y ANDANZAS DE ALFANHUÍ

     XI. DONDE EL MAESTRO CUENTA LA HISTORIA DE LA SILLA DE CEREZO Y DE LA PRIMERA INDUSTRIA QUE CON EL CASTAÑO SE HIZO.

     Alfanhuí y su maestro hablaron mucho aquellas noches. El maestro contó que había comido una vez una cereza de la silla. Sabía a nueces, a brasero apagado y a velas de esperma, que es sabor de los interiores y del hastío de las casas. El maestro había visto en sueños toda la historia de
Cerezo bajo el crepúsculo
aquel cerezo la noche en que había comido su fruto. Lo había plantado en el jardín el antiguo dueño de la casa, que era ebanista. Tiempo después se había casado este hombre con una mujer y muy guapa y había cortado el cerezo para hacerle una silla. La mujer se sentaba allí todas las tardes y
Un cerezo florido
 hacía labor sobre su regazo. Pero el cerezo había sido cortado en plena juventud y convertido en silla y encerrado en aquel interior, y estaba enfermo de hastío. El cerezo odiaba cuatro cosas de la casa y siempre se las venía delante: una colcha de seda morada con muchos flexos, que había
Cerezo en flor
sobre la cama de matrimonio, la cesta de la labor, hecha de mimbre y de cintas, un cojín árabe con cuatro borlas en las esquinas y, sobre todo, un calendario de cartón repujado, festoneado con una nube de color rosa-valladolid y con un dibujo de cisnes y jardines en el centro, como el último número del juego de la oca y un letrero debajo donde ponía:

VIUDA DE RUIPEREZ

Fábrica de galletas finas

Casa fundada en 1911   Dos Hermanas (Sevilla)

     Con esto había enfermado la silla de cerezo del mal de hastío y recordaba sus buenos tiempo cuando florecía en el jardín. Y quiso vengarse del ebanista. Poco a poco fue contagiando de su mal a la mujer, que se
Sillas de madera de cerezo
sentaba sobre ella para zurcir. La mujer enfermó también y por eso non tenía hijos y se iba volviendo toda como de cera y se le apagaba la mirada, hasta que un día murió de hastío, como desvanecida. Desde entonces estaba la silla en el desván, porque el ebanista la había subido allí para no verla más.
El autor

domingo, 26 de junio de 2011

D. Ricardo: PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLITICA Y TRIBUTACIÓN

David Ricardo: PRINCIPIOS DE ECONOMÍA POLÍTICA Y TRIBUTACIÓN
El autor
Cap. 1 : DEL VALOR
     1. Adam Smith ha observado que la palabra valor tiene dos significados distintos y que a veces expresa la utilidad de algún objeto especial y a veces el poder de adquisición de otras cosas que la posesión de este objeto supone. El primero puede llamarse valor en uso; el segundo, valor en cambio. “Las cosas –prosigue- que tienen mayor valor valor en uso tienen a menudo poco o muy poco valor en cambio; y por el contrario, las que tienen el mayor valor en cambio tienen poco o ningún valor en uso”. El agua y el aire son abundantemente útiles, son en verdad indispensables para la existencia; sin embargo, en circunstancias normales nada puede obtenerse a cambio de ellas. El oro, por el contrario, aunque de poca utilidad en comparación con el aire o el agua, se cambiará por una gran cantidad de otras cosas.
El Banco de Inglaterra y la Bolsa de Londres
     2. La utilidad no es, pues, la medida del valor en cambio, aunque sea absolutamente esencial. Si una cosa no fuera de utilidad alguna, en otras palabras, no pudiera en modo alguno contribuir a nuestra satisfacción, estaría privada de valor en cambio por escasa que fuese o cualquiera que fuese la cantidad de trabajo necesaria para procurarla.
     3. Poseyendo utilidad las cosas derivan su valor en cambio de dos causas: de su escasez y de la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlas.
Paisaje de Londres hacia 1820
     4. Existen algunas cosas cuyo valor es determinado exclusivamente por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar su cantidad y, por consiguiente, su valor no puede ser reducido aumentando la oferta. Entre éstas figuran las estatuas y las esculturas de mérito, los libros y monedas antiguos, los vinos de calidad especial que sólo pueden elaborarse de uvas cosechadas en una región determinada y de las que sólo existe una cantidad muy limitada. Su valor es enteramente independiente de de la cantidad de trabajo necesaria para producirlas y varía según el grado de riqueza y las inclinaciones de los que desean poseerla.
Una de las innumerables ediciones de la obra
        Estas cosas, sin embargo, constituyen una parte muy pequeña de la masa de artículos que se cambian diariamente en el mercado. La gran mayoría de estas cosas que son objeto de deseo se obtienen por medio del trabajo y pueden ser multiplicadas, no sólo en un país, sino en muchos, casi sin límite alguno, si estamos dispuestos a emplear el trabajo necesario para obtenerlas.


viernes, 24 de junio de 2011

Gracián.- EL CRITICÓN

  Belmonte de Gracián



Baltasar Gracián.- EL CRITICÓN


Segunda Parte. Crisi Quinta: PLAZA DEL POPULACHO Y CORRAL DEL VULGO
 




Estábase la Fortuna, según cuentan, bajo su soberano dosel, más asistida de sus cortesanos que asistiéndoles, cuando llegaron dos pretendientes de dicha a solicitar sus favores. Suplicó el primero le hiciese dichoso entre personas, que le diese cabida con los varones sabios y prudentes. Miráronse unos a otros los curiales y dijeron:

-Este se alzará con el mundo.


La casa natal del autor

Mas la Fortuna, con semblante mesurado y aun triste, le otorgó la gracia pretendida.

Llegó el segundo y pidió, al contrario, que le hiciese venturoso con todos los ignorantes y necios. Riéronlo mucho los del cortejo, solemnizando gustosamente una petición tan extraña. Mas la Fortuna, con rostro muy agradable, le concedió la suplicada merced.

Partiéronse entrambos tan contentos como agradecidos, abundando cada uno en su sentir. Mas los áulicos, como siempre están contemplando el rostro de su príncipe y brujuleándole los afectos, notaron mucho aquel tan extravagante cambiar semblante de su reina. Reparó también ella en su reparo y muy galante les dijo:
Una plaza de la época


-¿Cuál destos dos pensáis vosotros, ¡oh cortesanos míos!, que ha sido el entendido? Creeréis que el primero. Pues sabed que os engañáis de medio a medio, sabed que fue un necio: no supo lo que pidió, nada valdrá en el mundo. Este segundo sí que supo negociar; este se alzará con todo.

Admiráronse mucho, y con razón, oyendo tan paradojo sentir, mas desempeñóse ella diciendo:

-Mirá, los sabios son pocos, no hay cuatro en una ciudad; ¡qué digo cuatro!, ni dos en un reino. Los ignorantes son los muchos, los necios son los infinitos; y así, el que los tuviere a ellos de su parte, ese será señor de un mundo entero.
El gentío

Sin duda que estos dos fueron Critilo y Andrenio, cuando éste, guiado por el Cecrope, fue a ser necio con todos. Era increíble el séquito que arrastraba el que todo lo presume y todo lo ignora. Entraron ya en el plaza mayor del universo, pero nada capaz, llena de gentes, pero sin persona, a dicho de un sabio (1) que con la antorcha en la mano, al medio día, iba buscando un hombre que lo fuese y no había podido hallar uno entero: todos lo eran a medias; porque el que tenía cabeza de hombre, tenía cola de serpiente, y las mujeres de pescado; al contrario, el que tenía pies no tenía cabeza. Allí había muchos Acteones (2) que luego que cegaron se convirtieron en ciervos. Tenían otros cabezas de camellos, gente de cargo y de carga; muchos, de bueyes en lo pesado, que no en lo seguro; no pocos, de lobos, siempre en la fábula del pueblo (3); pero los más de estólidos jumentos, muy a lo simple malicioso.

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(1) Alude a Diógenes el Cínico

(2) Acteón, personaje mitológico que descubrió a Diana desnuda y fue convertido por esta en ciervo.

(3) La "cabeza del lobo" era la ocasión que uno tomaba para aprovecharse como el que mata un lobo,
 
que llevando la cabeza por los lugares de la comarca le daban una gratificación al bien que había

hecho matando a un animal dañino.





El autor

sábado, 18 de junio de 2011

Eduardo Schwartz.- FIGURAS DEL MUNDO ANTIGUO

Eduardo Schwartz.- FIGURAS DEL MUNDO ANTIGUO

Capítulo IX: ERATÓSTENES


Ruinas de Cirene, patria de Eratóstenes

El siglo III, la época culminante del helenismo, es, al mismo tiempo, la época del florecimiento de la ciencia helénica. Esta ciencia no era esencialmente distinta de la nuestra. El método con que Teofrasto estableció unos cuantos tipos característicos para representar intuitivamente la multitud de las plantas orientales recién descubiertas, o el descubrimiento del principio del cálculo integral por Arquímedes obligan a confesar que a semejante ciencia le hubiera bastado con ser proseguida, para desembocar directamente en la moderna. Hay infinitas cosas que no han sido descubiertas, sino vueltas a encontrar por los modernos, porque una cantidad enorme, inestimable, de descubrimientos científicos, había ido cayendo en el olvido durante la Antigüedad, y luego, en la Edad Media, al menos en Occidente, se perdió totalmente.
Mapamundi de Eratóstenes

¿Cómo puede explicarse históricamente este hecho, que constituye uno de los argumentos de más peso contra la idea de un progreso continuo del género humano? Es esta una cuestión muy complicada, a la que no puede darse una contestación sencilla. En todo caso, en el fenómeno intervienen también elementos exteriores. El filósofo que renuncia a la investigación y sólo quiere enseñar una concepción del mundo que ponga al hombre en condiciones de sentirse interiormente libre y feliz, necesita en escaso grado de apoyo material ; y con frecuencia las épocas de intranquilidad u opresión exterior le son más favorables que perjudiciales. El científico, en cambio, ha menester de la munificencia de príncipes y nobles para llevar a cabo sus trabajos. Entre los valores culturales que las guerras y las tiranías destruyen, figura la ciencia en primer término. Para darse cuenta de ello no hace falta pensar en grandes catástrofes como el aniquilamiento de la biblioteca alejandrina, en el palacio de Alejandría, durante el sitio de César, o la muerte de Arquímedes en el asalto de Siracusa, o la ejecución de Lavoisier por la canalla revolucionaria.
La nueva Biblioteca de Alejandría

La decadencia de las dinastías helenísticas y la brutal administración de la oligarquía romana ha sido mucho más fatal para la ciencia helenística que para la filosofía; y el reproche más grave que puede dirigirse a la monarquía de Augusto es no haber sabido exceptuar a la ciencia de su negación del helenismo. La poesía del pasado puede salvarse a través de épocas no poéticas; pero la antorcha del conocimiento se extingue cuando faltan las manos encargadas de transmitirla. De todos los frutos del espíritu griego ninguno sufrió tan duro sino como la ciencia de la época helenística, que adivinaba y planeaba una poderosa continuación.

Cráter lunar que lleva el nombre de Eratóstenes


jueves, 16 de junio de 2011

La Rochefoucauld.- MEMORIAS

Castillo de La Rochefoucauld


La Rochefoucauld.- MEMORIAS

     He pasado los últimos años del ministerio del cardenal Mazarino en esa ociosidad que la desgracia trae consigo por lo común; durante ese tiempo he escrito cuanto he visto de los disturbios de la Regencia. Aunque mi suerte haya cambiado, no disfruto del más pequeño descanso: que he querido emplearlo en escribir acerca de lejanos sucesos en que frecuentemente el azar me hizo tomar parte.
María de Médicis
     Hice mi primera salida al mundo algún tiempo antes de la desgracia de la reina madre, María de Médicis. El rey Luis XIII, su hijo, de salud débil, que las fatigas de la caza habían prematuramente gastado,
Luis XIII de Francia
aumentando con sus dolencias el malhumor y los defectos de su carácter, era severo, desconfiado, aborrecedor del mundo; quería ser dirigido y no llevaba con paciencia el que se le dirigiera. Poseía cierto espíritu minucioso, aplicado tan solo a las cosas de poca monta, y lo que de la guerra sabía, más cuadraba a un simple oficial que a un rey.
Richelieu
     El cardenal de Richelieu, que gobernaba el Estado, debía su posición a la reina madre. Dotado de un talento vasto y agudo, de carácter áspero y difícil, era liberal, atrevido en sus proyectos y temeroso por su persona. Quiso fundar la autoridad del rey y la suya propia sobre la ruina de los hugonotes y de las casas grandes del reino, para atacar después a la Casa de Austria y derrocar una potencia tan temible para Francia. Todo aquel que no se doblegaba a su voluntad exponíase a su odio y no reconocía límites para elevar a sus criaturas ni para perder a sus enemigos. La pasión que durante largo tiempo tuvo por la reina habíase convertido en despecho, la reina profesábale afección y él creía que no le desagradaban otras afecciones. El rey era naturalmente celoso, y sus celos, fomentados por los del cardenal de Richelieu, bastaron para indisponerle con la reina, aun cuando a ello no hubiesen contribuido la esterilidad de su matrimonio y la incompatibilidad de sus caracteres. La reina era personalmente atractiva, dulce, buena y cortés. Su carácter y sus talentos, de la mejor ley; y siendo como era extremadamente virtuosa, no le ofendía sentirse amada. La duquesa de Chavreuse estaba ligada a ella de tiempo atrás de todo cuanto puede unir a dos personas de la misma edad y de los mismos sentimientos. Esta relación ha dado lugar a tantas cosas extraordinarias, que paréceme necesario referir aquí algunas de las sucedidas antes del tiempo de que he de hablar.  
El autor

martes, 14 de junio de 2011

Tim Flannery: EL CLIMA ESTÁ EN NUESTRAS MANOS



Tim Flannery: EL CLIMA ESTÁ EN NUESTRAS MANOS



     Durante los últimos 10.000 años el termostato de la Tierra -el mecanismo de control del clima- ha estado estacionado a una temperatura media de unos 14ºC. En general, a los seres humanos estos les ha venido estupendamente, y hemos sido capaces de organizarnos de una manera realmente impresionante: sembrando cultivos, domesticando animales y construyendo ciudades.

     Finalmente, en el siglo pasado, hemos creado una civilización verdaderamente global. Dado que en toda la historia de la Tierra las únicas otras criaturas capaces de organizarse de manera parecida son las hormigas, las abejas y las termitas -todos ellos seres diminutos en comparación con nosotros, con muy escasas necesidades de recursos-, resulta todo un logro.
Oncentración de CO2 en 2003
     El termostato de la Tierra es un mecanismo complejo y delicado, en cuyo centro reside el dióxido de carbono (CO2), un gas inodoro e incoloro formado por un átomo de carbono y dos átomos de oxígeno.

     El CO2 desempeña un papel esencial en mantener el equilibrio necesario para todo tipo de vida. También es un producto residual de los combustibles fósiles -carbón, petróleo y gas- que casi todas las personas del planeta utilizan para la calefacción, el transporte y sus demás necesidades energéticas. En planetas muertos como Venus y Marte, casi toda la atmósfera está compuesta de CO2, y lo mismo pasaría aquí si los seres vivos y los procesos de la Tierra no lo mantuvieran dentro de unos límites. Las rocas, la tierra y el agua de nuestro planeta están abarrotadas de átomos de carbono ávidos de ser transportados por el aire y combinarse con oxígeno. El carbono está en todas partes.

     Así pues, durante los últimos 10.000 años, la atmósfera de la Tierra ha estado compuesta de 300 partes de CO2 por millón. Se trata de una cantidad modesta, aunque ejerce una gran influencia sobre la temperatura del planeta. Creamos CO2 cada vez que quemamos combustibles fósiles para conducir un coche, preparar comida o encender la luz, y el gas producido de mantiene en la atmósfera alrededor de un siglo. Así que la proporción de CO2 presente en el aire que respiramos está provocando el calentamiento del planeta.

     A finales del año 2004, estaba realmente preocupado. Las principales publicaciones científicas del mundo estaban llenas de informes según los cuales los glaciares se derretían diez veces más deprisa de lo previsto, los gases invernadero de la atmósfera habían alcanzado niveles nunca vistos en millones de años, y algunas especies se extinguían como resultado del cambio climático. También se informaba de fenómenos meteorológicos extremos, prolongadas sequías y subidas del nivel de los mares.

     No podemos esperar que alguien resuelva en nuestro lugar el problema de las emisiones de carbono. Todos podemos marcar la diferencia y ayudar a combatir el cambio climático sin cambiar prácticamente nada en nuestro estilo de vida. Y en esto, el cambio climático es muy distinto de otros retos medioambientales como la pérdida de la biodiversidad o el agujero de la capa de ozono.

 El autor

sábado, 11 de junio de 2011

Menéndez Pidal.- LA LENGUA DE CRISTÓBAL COLÓN

Menéndez Pidal.- LA LENGUA DE CRISTÓBAL COLÓN


El autor
 Al querer formarse una idea  de la lengua usada por Colón, en los muchos autógrafos que de él se conservan, lo primero que saltó a mi vista fue el hecho inesperado de que el gran descubridor usase el español antes de ir a Castilla. El primer escrito fechado que tenemos de Colón está en español y es de cuatro años antes de que el descubridor entrase en el reino de Fernando e Isabel. El interés inquietante de esta primera observación no me llevó ni por un momento a la demasiado vulgarizada hipótesis de Colón español. No perdamos tiempo en ella. El Colón Almirante que muere en Valladolid en 1506 es, según se desprende de algunas disposiciones testamentarias, el mismo Colombo, lanero de Génova, que figura en los documentos de 1470 a 1479, según probó el académico Ángel Altolaguirre, y confirmó hasta la saciedad el profesor Giovanni Monleone. Pero entonces, ¿cómo explicar el precoz hispanismo lingüístico del joven italiano?
 Mi primera inclinación fue hacia otra hipótesis, no reñida con la ortodoxia del Colón genovés: la hipótesis del profesor Eduardo Ibarra y de otros que suponen la familia de Colón emigrada de España a Génova; acaso familia judía huída cuando la gran persecución y matanza de 1391 por el arcediano de Écija en toda la Península. Pero pronto tuve que desechar esta solución.
 A los débiles o fantásticos indicios del judaísmo de Colón no puede añadirse el del lenguaje. Este no se parece en nada al de algún texto judeoespañol que conocernos del siglo XV, como el Testamento de un judío de Alba de Tormes fechado en 1410; pero es que, además, el español de Colón, a juicio de los que le oyeron, revelaba no ser la lengua materna del navegante.

 El P. Las Casas, en su Historia de las Indias, al copiar textualmente escritos de Colón nota reiteradas veces que el Almirante descubre en su manera de expresarse "ser natural de otra lengua, porque no penetra del todo la significación de los vocablos de la lengua castellana ni del modo de hablar de ella"; "todas ellas son palabras de Almirante con su humilde y falto de la propiedad de vocablos de estilo, como que en Castilla no había nacido"; en otras ocasiones describe el P. Las Casas: "todas estas son palabras formales, aunque algunas dellas no de perfecto romance castellano, como no fuese su lengua materna del Almirante"; "estas son sus palabras, puesto que defectuosas cuando a nuestro lenguaje castellano, el cual no sabía bien"; "estas son sus palabras y no muy polidas en nuestro romance, pero cierto no por eso dignas de despreciar".
 Es de advertir que en los trozos así censurados por Las Casas no echamos de ver esos graves defectos de rudeza; pero la explicación será ante todo al referirse, ante todo, Las Casas, a formas extrañas, como "acoerde" por "acuerde" o "tesoyrero" por "tesorero", que habrían sido corregidas por los copistas, y así no aparecen en el texto censurado. Además, como Las Casas habla siempre del castellano y no de Castilla, nunca de español, se podría objetas que Colón faltaría a la propiedad castellana por ser gallego, leonés o aragonés. Pero, no; Las Casas, a pesar de su impropio vocablo "castellano", quiere excluir todas esas posibilidades, ya que piensa en la patria genovesa del Almirante.
Biografia de Colón
por Washington Irving

viernes, 10 de junio de 2011

Karl von Frisch.- LA VIDA DE LAS ABEJAS

Karl von Frisch.- LA VIDA DE LAS ABEJAS

Cap. 1: El pueblo de las abejas.

 Abeja libando

      El amigo de la naturaleza tiene dos maneras sencillas de trabar conocimiento con las abejas: si va paseando, cualquier tarde calurosa de primavera o de verano hasta un vergel florido, o hasta un prado en plena floración, las verá afanosamente ocupadas en visitar las flores y si llega hasta poseer un colmenar podrá observar el ajetreado ir y venir, entrar y salir los animalillos por las piqueras o accesos de entrada de sus viviendas. Si se trata de un apicultor acomodado, quizá tenga unas docenas de colmenas, tal vez más de cien de ellas en su explotación. Si es un principiante o un hombre que no conoce a fondo su oficio, o si la región no es favorable para el desarrollo de las abejas, poseerá pocas colmenas, quizá solamente una. Pero esa colmena única será todo un “pueblo de abejas” con muchos miles de habitantes. El labrador puede poseer una sola vaca, un solo perro, incluso una sola gallina, pero jamás podrá tener una sola abeja, porque, si esto
Colmenero
ocurriera, no tardaría en quedarse sin ella. A primera vista, este hecho parece poco comprensible, por lo que resulta digno de ser estudiado. Si observamos la parentela más o menos lejana de nuestras abejas, es decir, los demás insectos, encontramos que esta vida en común de tan gran número de individuos no es frecuente.
Colmena silvestre
Las mariposas, los escarabajos, las libélulas, etc., nos enseñan que los individuos de sexo opuesto, macho y hembra, se encuentran sólo durante un corto periodo de tiempo y se separan en seguida para seguir cada uno su camino: las hembras depositan sus huevecillos en lugares en que los nuevos seres encuentran suficiente alimento en los primeros momentos de su vida y no se preocupan más de su prole, a la que no llegan a conocer casi nunca, puesto que, en el mayor parte de los casos, la madre ya ha muerto cuando las nuevas crías salen de sus huevos. ¿Por qué se encuentran, pues, las abejas, íntimamente ligadas unas a otras, de manera que no pueden vivir solitarias? ¿Qué es el pueblo de las abejas?
Un panal de rica miel

      Supongamos que nuestro amigo de la naturaleza esté en condiciones de dirigirse a un apicultor inteligente y rico, que no tenga inconveniente en sacrificar, por algún dinero o por algunas frases amistosas, una de sus colonias. Al atardecer, cuando todos los animalillos  que salieron de la colmena han vuelto a refugiarse en ella, cierra la piquera, introduce en la colmena un narcótico y vuelca el contenido de ésta sobre una mesa, ante los ojos de nuestro amigo, deseoso de aprender. Este no podrá menos que quedarse asombrado ante la enorme cantidad de habitantes que contiene. Si se toma el trabajo de contarlos, y la colmena elegida no es de las más débiles, encontrará que contiene de 40.000 a 70.000 abejas, es decir, tantas como habitantes contiene una de las ciudades alemanas de tipo medio como Bayreuth o Erlangen. Sin embargo, no se habrán contado las abejas en edad infantil, que no pueden ser vistas de manera tan sencilla, pues para ello es necesario aplicar un método especial. Por tal razón nos limitaremos de momento a considerar solamente las adultas.

      A primera vista, todas ellas son completamente iguales.
Karl von Frisch y Konrad Lorenz