El autor
Guillén de Castro.- LAS MOCEDADES DEL CID
Acto I
Salen el REY DON FERNANDO y DIEGO LAÍNEZ, los dos de barba blanca, y el DIEGO LAÍNEZ, decrépito: arrodíllase delante el REY, y dize:
DIEGO LAÍNEZ Es gran premio a mi lealtad.REY A lo que devo me obligo.
DIEGO LAÍNEZ Hónrale tu Magestad.
REY Honro a mi sangre en Rodrigo. Diego Laínez, alçad. Mis proprias armas le he
dado para armalle Cavallero.
DIEGO LAÍNEZ Ya, Señor, las ha velado, y ya viene...
REY Ya lo espero.
DIEGO LAÍNEZ pues don Sancho mi Señor, -mi Príncipe,- y mi Señora la Reyna, le son, Señor,
Padrinos.
REY Pagan agora lo que deven a mi amor.
Un guerrero
(Salen la REYNA y el Príncipe DON SANCHO, la Infanta DOÑA URRACA, XIMENA GÓMEZ, RODRIGO, el CONDE LOÇANO, ARIAS GONÇALO y PERANÇULES.)
URRACA ¿Qué te parece, Ximena, de Rodrigo?
XIMENA Que es galán, -y que sus ojos le dan (Aparte.) al alma sabrosa pena.-REYNA ¡Qué bien las armas te están! ¡Bien te asientan!
RODRIGO ¿No era llano, pues tú les diste los ojos y Arias Gonçalo la mano?
ARIAS Son del cielo tus despojos, y es tu valor Castellano.
REYNA ¿Qué os parece mi ahijado? (Al REY.)
DON SANCHO ¿No es galán, fuerte y lucido?... (Al REY.)
CONDE -Bravamente le han honrado (A PERANSULES.) los Reyes.
PERANSULES Estremo ha sido.
RODRIGO ¡Besaré lo que ha pisado quien tanta merced me ha hecho!
REY Mayores las merecías.¡Qué robusto, qué bien hecho! Bien te vienen armas mías.
RODRIGO Es tuyo también mi pecho.
REY Lleguémonos al Altar del Santo Patrón de España.
DIEGO LAÍNEZ No hay más glorias que esperar.
RODRIGO Quien te sirve, y te acompaña, al cielo puede llegar.
La Tizona
(Corren una cortina, y parece el Altar de Santiago, y en él una fuente de plata, una espada, y unas espuelas doradas.)
Altar de Santiago en Roncesvalles
REY Rodrigo, ¿queréys ser Cavallero?
RODRIGO Sí, quiero.
REY Pues Dios os haga buen Cavallero. Rodrigo, ¿queréys ser Cavallero?
RODRIGO Sí, quiero.
REY Pues Dios os haga buen Cavallero. Rodrigo, ¿queréys ser Cavallero?
RODRIGO Sí, quiero.
REY Pues Dios os haga buen Cavallero. Cinco batallas campales venció en mi mano
esta espada, y pienso dexarla honrada a tu lado.
RODRIGO Estremos tales mucho harán, Señor, de nada. Y assí, porque su alabança llegue
hasta la esfera quinta, ceñida en tu confiança la quitaré de mi cinta,
colgaréla en mi esperança. Y, por el ser que me ha dado el tuyo, que el cielo
guarde, de no bolvérmela al lado hasta estar asegurado de no hazértela
covarde, que será haviendo vencido cinco campales batallas.
Una edición de la comedia
Preciosa composición, Juan.
ResponderEliminarLas figuras que incluyes son realmente estupendas y ambientan la obra de Guillén de Castro a la perfección.