José Ortega y Gasset.- ESTUDIOS SOBRE EL AMOR
PARA UNA
PSICOLOGÍA DEL HOMBRE INTERESANTE
No hay nada
tan halagüeño para un varón como oír que las mujeres dicen de él que es un
hombre interesante. Pero, ¿cuándo es un hombre interesante, según la mujer? La
cuestión es de las más sutiles que se pueden plantear; pero a la vez, una de
las más difíciles. Para salir a su encuentro con algún rigor sería menester
desarrollar toda una nueva disciplina, aún no intentada y que desde hace años
me ocupa y preocupa. Suelo darle el nombre de Conocimiento del hombre o antropología filosófica. Esta disciplina
nos enseñará que las almas tienen formas diferentes, lo mismo que los cuerpos
Con más o menos claridad, según la perspicacia de cada
uno, percibimos todos en el trato social esa diversa configuración íntima de
las personas, pero nos cuesta mucho trabajo transformar esa evidente percepción
en conceptos claros, en pleno conocimiento. Sentimos a los demás, pero no los
sabemos.
Ortega según Juan Ávalos
Sin embargo,
el lenguaje usual ha acumulado un tesoro de finos atisbos que se conserva en
cápsulas verbales de sugestiva alusión. Se habla, en efecto, de almas ásperas y
de almas suaves, se almas agrias y dulces, profundas y superficiales, fuertes y
débiles, pesadas y livianas. Se habla de hombres magnánimos y pusilánimes,
reconociendo así tamaño a las almas como a los cuerpos. Se dice de alguien que
es un hombre de acción o bien que es un contemplativo, que es un “cerebral” o
un sentimental, etc., etc. Nadie se ha ocupado de realizar metódicamente el
sentido preciso de tan varias denominaciones, tras de las cuales presumimos la
diversidad maravillosa de la fauna humana. Ahora bien: todas esas expresiones
no hacen más que aludir a diferencias de la configuración de la persona
interna, e inducen a construir una anatomía psicológica. Se comprende que el alma
del niño ha de tener por fuerza distinta estructura que la del anciano, y que
un ambicioso posee diferente figura anímica que un soñador. Este estudio, hecho
con un poco de sistema, nos llevaría a una urgente caracterología de nuevo
estilo, mediante la cual podríamos describir con insospechada delicadeza las
variedades de la intimidad humana. Entre ellas aparece el hombre interesante según la mujer.
Una vieja edición
El intento
de entrar a fondo en su análisis me produciría pavor, porque al punto nos encontraríamos
rodeados de una selva donde todo es problema. Pues lo primero y más externo que
del hombre interesante cabe decir es esto: el hombre interesante es el hombre
de quien las mujeres se enamoran. Pero ya esto nos pierde, lanzándonos en medio
de los mayores peligros. Caemos en plena selva de amor. Y es el caso que no hay
en toda la topografía humana paisaje menos explorado que el de los amores.
Puede decirse que está todo por decir, que está todo por pensar.
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