jueves, 8 de septiembre de 2011

Capitán John Byron.- VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Capitán John Byron.- VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO


Capítulo Primero: NAVEGACIÓN DESDE LAS DUNAS A RIO DE JANEIRO
     El 21 de junio de 1764 partí de las dunas con el navío de Su Majestad Delfín y la fragata Thamar, de los que había tenido orden de tomar el mando. Al pasar por Temisa se encalló el Delfín; este accidente me obligó a arribar a Plymouth, donde se carenó este buque.
El estuadio del Támesis
     Mientras permanecí en Plymouth hice algunos cambios en la tripulación; les mandé adelantar dos meses de paga, y el 7 de julio nos dimos a la vela, después de haber enarbolado la bandera de comandante.

El puerto de Plymouth en la actualidad
     El 4 estábamos a la altura del Cabo Lizard. Un viento fresco favorecía nuestro viaje al mismo tiempo que notábamos, con desagrado, que la fragata llevaba mal la vela.

El Cabo Lizard en la costa de Cornualles
     En la noche del 6, el oficial del primer cuarto descubrió un fenómeno extraordinario que presentaba la imagen de un navío de fuego; se distinguía de lejos, duró cerca de una hora y desapareció después.
     En la tarde del 12 descubrimos las rocas que están cerca de Madeira, y que nuestras gentes llaman los Desertores, por el nombre francés Déserts o Désertes que les han dado a causa de su aspecto estéril y salvaje. Al otro día, cerca de las tres de la tarde, llegamos a la rada de Funchal.
La isla de Madeira
     El 14, por la mañana, pasé a visitar al gobernador, que me recibió con urbanidad y me hizo saludar con once cañonazos en el momento que desembarcaba. Al día siguiente, que era el 15, vino el gobernador a visitarme a casa del cónsul; lo hice saludar con otros once cañonazos, que disparó el fuerte.
     Al llegar a Madeira nos hallamos anclados al Corona, navío del rey, y al sclup el Ferret; estos dos buques, a vista de la bandera comandanta a bordo del Delfín, nos saludaron con su artillería.
     Nuestro primer cuidado fue tomar a bordo varias clases de comestibles, y principalmente una gran cantidad de cebollas. En seguida aparejamos el 19 y continuamos nuestra ruta. El 21 avistamos la isla de la Palma, una de las Canarias.
     Observamos que desde el Cabo Lizard ninguna especie de pescado había seguido nuestra embarcación. Yo lo atribuía a que en la carena se había forrado de cobre. Hacia el 26 comenzó a corromperse el agua, y la purificamos por medio de una máquina que habíamos embarcado con este objeto: es una especie de ventilador con que se obliga al aire a penetrar en el agua, agitando a ésta continuamente y todo el tiempo que sea necesario.
     Para renovar el agua nos vimos obligados a tocar en una de las islas de Cabo Verde. El 27 descubrimos la Isla de la Sal y vimos una gran abundancia de tortugas. Tratamos de coger alguna, pero fue imposible porque se escaparon antes.
La Isla de la Sal en las Cabo Verde











No hay comentarios:

Publicar un comentario